Ecologistas en Acción ha presentado alegaciones al proyecto de reentrada del Pozo Centenera presentado por la empresa Pyrenees Energy Spain S.A.. El estudio de impacto ambiental que se somete a información pública presenta numerosas incorrecciones y carencias y no resuelve de forma adecuada los principales impactos que se podrían derivar de este proyecto. Es especialmente grave la escasez del estudio sísmico, dado el riesgo que la realización de actividades que supongan variaciones en el subsuelo pueda generar. Para determinar este riesgo, en una zona con notable riesgo sísmico como es el Pirineo, se requiere de un estudio detallado que permita evaluar de forma objetiva el riesgo sísmico de la zona, estudio que no se ha realizado. Por otro lado el uso de la normativa sismorresistente para la valoración del riesgo sísmico no es adecuada pues ha utilizado la fechada en 1994 que ha demostrado sus limitaciones en casos como el del terremoto de Lorca o el almacenamiento profundo del Castor en lugar de utilizar la que emitió en 2012 el IGN , organismo responsable del estudio de riesgo sísmico en España.
De igual forma es incorrecto e inconcreto el análisis del ruido generado sobre las poblaciones, ya que el estudio de Impacto Ambiental admite que en el desarrollo de la reentrada se producirán emisiones de ruido por encima de la legislación y las emisiones de contaminantes atmosféricos producida por la quema de casi 500.000 m3 de gas natural que llegarán a las poblaciones circundantes y que serán, según el promotor, de más de 1.000.000 de kilos de CO2, casi 3000 kilos de CO y más de 500 de óxidos de nitrógeno.
Así mismo es incompleto el modelo de funcionamiento y control hidrogeológico. Existe una posible afección a los acuíferos utilizados como recurso de boca y no se hace seguimiento de los niveles freáticos ni se concreta los parámetros a estudiar. Tampoco se han tenido en cuenta estudios realizados en fechas recientes en la zona que detallan mejor el comportamiento de estos estratos.
Las alegaciones encuentran inadecuados no solo los protocolos de vigilancia ambiental en caso de contaminación de freáticos, sino también los de aparición de gases, incendio del pozo y los de actuación en caso de terremoto. Todo ello nos lleva a pensar que existen riesgos no evaluados que pueden afectar a los trabajadores del proyecto y a los bosques circundantes por riesgo de incendio que afectarían a un hábitat prioritario protegido por la directiva de hábitats.
El estudio de impacto ambiental también presenta múltiples deficiencias en cuanto al inventario ambiental pues los trabajos de campo se han realizado en invierno, cuando no es posible identificar numerosas especies de invertebrados ni la nidificación de avifauna, por ello el estudio se ha limitado a recopilar información existente , no citando numerosas especies presentes o haciéndolo de forma incompleta en el caso de especies en peligro de extinción, como el milano real, nidificante en la zona. La caracterización de hábitats es errónea pues confunde un hábitat calificado como prioritario por la Directiva de Hábitats por otro, incluyendo un listado de especies que no existen en la zona de forma que es imposible valorar los impactos que el proyecto puede generar sobre especies no consideradas.
Merece especial atención el hecho de que el estudio presentado es, en su mayor parte anónimo, pues no vienen firmado , vulnerando la legislación de referencia que obliga a que los Estudios de Impacto ambiental sean realizados» por personas que posean la capacidad técnica suficiente » y que » deberán identificar a su autor o autores indicando su titulación y, en su caso, profesión regulada.»
Por todos estos motivos Ecologistas en Acción se ha dirigido a la Dirección General de Minas y al INAGA solicitando la Declaración de Impacto Negativa para el proyecto.
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