Como cada 25 Noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las mujeres, exigimos construir una respuesta más eficaz y una reparación del daño en las víctimas. Seguimos necesitando, más aún si cabe, una respuesta profesional y civil especializada, comprometida y determinante para contribuir a la creación de una sociedad libre de todo tipo de violencias.
Y lo necesitamos ya, porque las cifras que arroja la violencia de género en nuestro país (desde 2003, 1.118 mujeres asesinadas y 44 menores asesinados/as) deberían hacernos sentir la mayor de las vergüenzas; sin embargo pareciera que o, nos hemos acostumbrado a ellas, o que no pudiéramos atajarlas de manera alguna. Como no quisiéramos pensar ni por un momento en ninguno de los dos extremos, nuestra obligación como sociedad es la de seguir reclamando la puesta en marcha de todas las medidas posibles y eficaces para acabar con la mayor de las desigualdades que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo y de sus hijos e hijas.
Necesitamos esa respuesta profesional y civil especializada, pero también un compromiso real de la sociedad en su conjunto por acabar con todas y cada una de las discriminaciones que sufren las mujeres y que hacen posible la existencia de la más extrema, la violencia de género. Porque una sociedad sana y avanzada no puede acostumbrarse a convivir diariamente con este problema social.
Pedimos a los poderes públicos voluntad política para no retroceder y seguir avanzando en igualdad y sobre todo en la lucha contra la violencia machista, pero también, hacemos un llamamiento a la sociedad en general apelando al respeto, a la dignidad y al valor social de las mujeres como sujetos poseedores de derechos fundamentales como la libertad, la integridad y la igualdad.
La pandemia se ha cebado con las personas más vulnerables, y en este caso, las mujeres y sus hijos e hijas que sufren maltrato a manos de sus parejas o ex parejas se han convertido en las víctimas menos visibles de esta realidad. Tenemos que empezar por conocer con mayor profundidad la violencia de género producida durante los meses de pandemia que llevamos, su prevalencia y sus efectos a corto y medio plazo, tanto en mujeres como en menores. Es necesario reforzar con más personal los recursos de atención a las víctimas tras el aumento de demanda de atención social, jurídica y psicológica. Y por supuesto, exigimos una evaluación rigurosa de la aplicación de los fondos del Pacto de Estado por parte de corporaciones locales y autonómicas.
Ahora bien, junto a cualquier medida a aplicar en la atención integral no podemos olvidar las que deben llevarse a cabo para prevenir y sensibilizar, ya que según constatan varios estudios, existe todavía un porcentaje alto de la población, que a pesar de estar en contra de la violencia de género, no identifica como tal distintas formas de maltrato psicológico como las conductas de control o desvalorización de la mujer. La prevención contra esta problemática pasa siempre por educar en la igualdad, considerando a niños y niñas como personas con los mismos derechos y obligaciones.
Por todo ello, todos y todas tenemos la responsabilidad de desterrar la idea asumida de que la violencia de género existe, pero que es muy difícil erradicarla.
Este noviembre y siempre:
#NiUnPasoAtrás contra la #violenciadegénero
Nos sumamos al lema de este #25N 2021 del Foro de Madrid contra la Violencia a las Mujeres:
#Hartas de las violencias machistas contra las mujeres: ¡Soluciones YA!
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