“¿Puede asegurar el Gobierno que las laderas de Yesa están totalmente estabilizadas”. Esta es una de las cuestiones que Unidos Podemos-Alto Aragón en Común quiere que el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente responda en el Congreso. La candidatura confluyente, a la luz de los que considera “alarmantes argumentos” recogidos en el “Informe técnico de evaluación de diversos aspectos de seguridad de las obras de recrecimiento de la presa de Yesa, realizado por expertos del Gobierno de Navarra, pregunta al Ejecutivo por las medidas que piensa tomar ante los riesgos que señala ese estudio; y pide explicaciones sobre la necesidad de las expropiaciones de viviendas que se realizan en Sigüés, y las deforestaciones practicadas en determinadas cotas del vaso del embalse cuyo llenado desaconsejan los especialistas ante el desplazamiento de laderas y los riesgos que generan.
Los diputados Pedro Arrojo (Podemos) y Jorge Luis (Alto Aragón en Común), han registrado una batería de preguntas sobre la obra de recrecimiento del embalse de Yesa a raíz del último informe técnico, que señala en sus conclusiones “importantes incertidumbres sobre el estado de seguridad del embalse y de la ladera” derecha, y sobre su comportamiento una vez llenado al completo, que han llevado a sus autores a recomendar la paralización de las obras, y al Gobierno navarro a formalizar una petición en este mismo sentido.
Los dos aragoneses del grupo parlamentario de Unidos Podemos-En Común-En Marea, quieren conocer la respuesta del Gobierno central a la solicitud Navarra, para recabar un dictamen técnico elaborado por expertos independientes de reconocido prestigio internacional en riesgos geológicos vinculados a grandes presas; que sería promovido por una comisión interinstitucional, integtrada por representantes del Ministerio, de los gobiernos de Aragón y Navarra, de los ayuntamientos afectados y de los colectivos sociales interesados.
Por otro lado también le interrogan sobre las razones por las que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), tras detectar en su informe de noviembre de 2016 movimientos en 47 de los 63 puntos de control topográfico, (“en capas cada vez más profundas”, señalan), ha dejado de exponer, en las conclusiones de su último escrito, los datos de seguimiento de esos puntos de control topográfico y tubos inclinómetros que presentan movimiento.
Además reclaman información sobre los planes del Gobierno ante una posible reproducción de deslizamientos como los que llevaron a expropiar la urbanización que está situada en la misma ladera en la que se apoya la presa, deslizamientos que, denuncian, “la CHE había valorado previamente como prácticamente imposibles”. También quieren saber si se ha contemplado un plan de explotación en el que se mantendría el nivel de llenado actual para mejorar los parámetros de seguridad, y en el que, si se llegaran a producir nuevos deslizamientos de ladera, se seguiría la recomendación de los expertos en seguridad de presas que aconsejan reducir el nivel de llenado a la cota del Canal de Bardenas, en esa posible situación de riesgo explícito.
La geología de la zona, “estimaciones erróneas” en los parámetros geotécnicos usados en la presa actual, la falta de definición de la CHE sobre el coeficiente de seguridad de la ladera afectada por anteriores desplazamientos, o parámetros de cálculo sismológicos inferiores a los estudios históricos de la sismología de la zona, sustentan, entre otras razones, la argumentación del equipo técnico del “Informe de evaluación de las obras de Yesa” que señala sus dudas sobre el comportamiento del embalse recrecido en relación con la seguridad de la presa y de la ladera y que cuestiona el Plan de Emergencia implantado en cuanto a la eficacia de las alertas establecidas en Sangüesa y al tiempo necesario para una evacuación efectiva de la población.
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