Como cada 9 de mayo los vecinos de Vicién han subido en romería a la ermita de San Gregorio, este año con un motivo más para celebrar al coincidir con la finalización de las obras de restauración de este templo del siglo XVII. El Presidente de la Diputación Provincial de Huesca, Miguel Gracia, ha querido compartir esta jornada, acompañado del alcalde, Sergio Moreu, y el vicepresidente de la Comarca de la Hoya, Guillermo Palacín, además de Alfredo Bretos, quien hasta hace pocos meses fue primer edil e impulsor del proyecto.
Hoy Vicién ponía también fin a sus fiestas uno de los lugares más emblemáticos que ya se divisa a lo lejos coronando el monte del municipio elevada en sillería y sillarejo, de una sola nave y con cubierta a dos aguas. En noviembre del año pasado comenzaban los trabajos que han sido financiados desde el programa de recuperación de patrimonio de la Diputación, cuyo máximo responsable, Miguel Gracia, les ha hablado después de descubrir la placa de “gestionar para solucionar problemas de los ciudadanos, y eso se hace atendiendo esas necesidades a través de los ayuntamientos”. Gracia ha afirmado que “nuestras actuaciones son las que nos marcan los municipios y quienes viven en ellos, y eso también incluye facetas que no están entre nuestras competencias”.
La ermita ya tuvo que ser reconstruida en el año 55 y en la actualidad se enfrentaba a un serio problema de humedades que amenazaban la estructura de la edificación, tal como detallaba el alcalde, Sergio Moreu, que hoy se mostraba aliviado y contento “por haber sabido mantener entre todos un espacio tan emblemático para todos nosotros”. Ahora la ermita cuenta con una nueva cubierta, contrafuertes y pilares que sirven de apoyo a las vigas, se ha recalzado la cimentación, además de lavar la cara de paredes y abrir una ventana en arco.
El proceso de restauración, realizado por una empresa del entorno -Sangarrén Borderas-, se ha dividido en dos fases con una inversión cercana a los 50.000 euros, por un lado con un refuerzo de la estructura con hormigón y la última parte de las obras para recuperar el arco, reconstruir el alero, junto a la renovación del tejado con teja cerámica, acabar con grietas y fisuras de la fachada que se encontraban en mal estado y una acera perimetral que resguarda de ahora en adelante la ermita de humedades y encharcamientos.
Nuevos vecinos llegan a la localidad
La línea de subvenciones de la Diputación dirigida a rehabilitar y crear nuevas viviendas municipales ha llegado también a Vicién con 50.000 euros en dos pisos “para que vengan nuevos vecinos, que hoy en día es fundamental para la vida en el medio rural”, explicaba Sergio Moreu, en el exterior de esta edificio municipal donde ya se alojan dos parejas jóvenes “y una está montando un nuevo negocio en el pueblo”, apunta el primer edil. El denominado programa de Impulso Demográfico da cabida a diversas iniciativas destinadas en todos los casos a alojar a nuevos vecinos que se instalen en alguna de las localidades altoaragonesas más pequeñas, con menos de 500 habitantes, como también está ocurriendo en otras localidades como Valfonda de Santa Ana, Secastilla, Arcusa, Oto, Sangarrén, Abizanda, Chía, Laspuña, Berdún, Javierregay, Aragüés del Puerto, Capdesaso, Gistaín, Santa Cruz de la Serós o Pozán de Vero.
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