Es sobre todo un escándalo de proporciones morales donde se refleja la hipocresía reinante. En eso creo que hay unanimidad en la opinión pública y en la publicada. Ahora bien, hipocresía ¿de quién y hacia quién? Otra pregunta ¿acaso usted cometería semejante irregularidad y “explotaría” a una persona que presta sus servicios a usted o a su entorno? Seguro que la mayor parte de las voces responderán que no, y lo harán sujetos al sentido común de las leyes laborales que se suponen defienden a los trabajadores.
Resumamos el affaire: Echenique tiene un asistente debido a su gran invalidez que no está sujeto a contrato laboral y al que no paga las cotizaciones de la seguridad social. Podemos hablar, y de hecho así se está haciendo, horas y horas sobre Echenique pero ¿ni una sola palabra sobre el asistente?
Pongamos por caso que usted, sufrido lector, o lectora, es el presidente de turno de su comunidad de vecinos que tiene contratada la limpieza de la escalera por unas horas semanales, no sé, pongamos 7 horas, o las que usted quiera. Todos los años, en la asamblea ordinaria se analiza la limpieza de los zaguanes, del ascensor, el polvo de la escalera y se decide continuar con la empresa de limpieza o cambiar la misma. Usted está seguro que la contrata de la empresa es legal y su conciencia está tranquila. Seguramente usted no sabe el nombre de la mujer que realiza la limpieza (en este caso siempre es una mujer), pero no se preocupe, tampoco lo saben la mayoría de sus vecinos. No pasa nada, al fin y al cabo usted ha contratado a una empresa, no a esa señora. Pero un día se cruza con ella a la salida del ascensor y surge la conversación. Usted pregunta y ella, sin dejar la fregona de la mano le responde. Resulta que se llama, por ejemplo, Susana, que tiene 37 años, que es diseñadora, nacida en Madrid, casada con dos hijos, su marido en paro desde hace 3 años hace pequeñas chapuzas aunque hay meses que no es capaz de aportar 300 euros a los ingresos familiares. Resulta que Susana hace la limpieza de su escalera, 7 horas semanales y tiene el encargo de realizar la limpieza de otra escalera más, esta de 12 horas semanales. Con lo que cobra por ese trabajo percibe limpios unos 320 euros. Por la noche Susana cuida a una señora mayor. Duerme por las tardes. Es afortunada, de sus hijos se suele encargar el marido.
Usted es un hacha de las matemáticas y calcula a cuanto le sale la hora de trabajo y rápidamente la compara con lo que paga la hora a la empresa de limpieza y se asombra: ella cobra aproximadamente un 40% menos de lo que usted paga.
Susana es agradable y han empatizado. Entonces usted piensa que sería mejor darle todo el dinero a Susana porque así tendría un 40% más de ingresos pero claro, no puede porque Susana tiene que estar dada de alta como autónoma. 256 euros de cotización además de tener un contable para que le presente la documentación tributaria, al fin y al cabo ella se convertiría en una emprendedora, una futura empresaria, y debe someterse a la ley. Rápidamente descarta esa posibilidad, es absurda. Le pasa por la cabeza despedir a la empresa y pagarle el dinero a ella directamente, en negro. A usted, a su comunidad, le cuesta lo mismo, pero ella podría llegar a fin de mes con algo más de aire. Entonces recuerda el affaire Echenique y mira con cierta misericordia a Susana, al fin y al cabo ha cruzado las primeras palabras después de 3 años en los que ella, o su empresa, tienen el servicio de limpieza de la escalera, y usted no puede resolver los problemas de toda la gente que lo pasa mal, así que con un cierto gusto amargo en la boca le dice que tiene algo de prisa y se marcha a sus obligaciones. Susana continuará con la limpieza de su escalera.
¿Es lícito pagar a Susana en B? ¿Querría Susana cobrar en B? ¿Qué dice la legislación al respecto? ¿Cotizará Susana por cuidar a esa señora por las noches o cobrará en B?
Este es sólo un ejemplo de por donde debería ir el debate, la casuística es casi infinita. No, no he hablado de Echenique, he hablado de su asistente, de sus motivos. No he reflexionado sobre la hipocresía de Echenique, lo he hecho sobre nuestra hipocresía que afecta a cientos de miles de precaristas, parados, cobradores de subsidio que cuando pasean por el parque con sus hijos, sin saber porqué, de pronto se les forma un nudo en el estómago que les llega hasta la garganta. De esos nadie habla, ni hablará.
Leave a Reply