La belleza del Pirineo altoaragonés no es un misterio para nadie que se halla adentrado alguna vez en esta parte del territorio. Su encanto llega lejos y son muchos, aragoneses y foráneos, los que se declaran apasionados de este paraje diverso y rico, emblema de la provincia. De todos los que han proclamado su admiración por los Pirineos, pocos han dedicado tanto tiempo y ahínco a entenderlo y explorarlo como lo hizo el botánico e investigador Pedro Montserrat Recoder.
Diez meses después de su fallecimiento, la provincia rinde homenaje a uno de los grandes científicos de este siglo. Maestro de la botánica española y referente internacional en ordenación de pastos, Montserrat fue un sobresaliente investigador con una carrera marcada por su curiosidad incansable, que deja como legado más de 500 publicaciones, 58 taxas y una pasión por la montaña y su cultura que es ejemplo para los nuevos investigadores que hoy siguen su estela.
Este acto, que ha sido promovido desde el Instituto de Estudios Altoaragoneses de la Diputación, busca resaltar no solo la enorme labor de Pedro Montserrat en los campos de la botánica y las ciencias naturales de la provincia, sino también el profundo cariño que tenía por esta tierra. Aunque llegó a Jaca a finales de los sesenta de la sección de pastos del CSIC de Madrid, su entusiasmo y su profusa dedicación pronto calaron al frente del Centro Pirenaico de Biología Experimental del CSIC, que en 1983 pasó a fusionarse con el Instituto Pirenaico de Ecología. La Diputación ya reconoció la labor investigadora del IPE con el octavo Galardón Félix de Azara.
Además de la vicedirección del IPE que mantuvo hasta su jubilación, Montserrat contribuyó de forma constante y enriquecedora al estudio de la naturaleza de la zona, prácticamente hasta que se le dio el último adiós a los 98 años el pasado febrero. A él se debe la fundación del herbario de Jaca, hoy tercero en importancia de toda España, con más de medio millón de registros, principalmente de flora aragonesa.
El próximo lunes serán muchos los que acudan a recordar la figura del “hombre que vivía para las plantas” como se le solía llamar, incluidos familiares de Montserrat como su hijo Josep María Montserrat-Marti, quien ha seguido los pasos de su padre en el mundo de la botánica, además del vicepresidente del Consejo Rector del Instituto de Estudios Altoaragoneses, Francisco Mateo, la directora del IPE, Yolanda Pueyo, o Pilar Catalán, directora del área de Ciencias Naturales del IEA, quien ha coordinado este acto. En su transcurso, se proyectará el documental Pedro Montserrat. Serie ad petendam, dirigido por Coral Pastor, y una conferencia sobre el trabajo del botánico, a cargo de Francisco García Novo, catedrático de Ecología de la Universidad de Sevilla.
La larga trayectoria de Pedro Montserrat y su carácter activo propició que, si bien muchos homenajes lleguen a título póstumo, su carrera fuera profusamente celebrada en vida. Ejemplos de ello son los numerosos galardones y premios que recibió a lo largo de su carrera, entre los que destacan el Sueldo Jaqués, máxima distinción que concede la ciudad de Jaca o el Premio Aragón Medio Ambiente en 1999. Ya en los últimos años se sucedieron nombramientos honoríficos como el de miembro de la Academia de Ciencias de Zaragoza, el de la Real Sociedad Española de Historia y el Premio Heraldo al Desarrollo del Conocimiento y los Valores Humanos. En 1988 el IPE de Jaca le dedicó el libro titulado Homenaje a Pedro Montserrat, que aúna los trabajos de los estudiantes, compañeros y amigos cuyos trabajos bebieron de las influencias de Montserrat. En 2005 inauguró el parque que lleva su nombre en la ciudad de Jaca, como así consta grabado en un monolito junto a la Rosa jacetana, que descubrió y estudió en el monte Oroel.
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