Sobre las 06 horas del día 31 de enero pasado, una patrulla del Puesto de Sariñena, cuando realizaba servicio de protección de la Seguridad Ciudadana en esa misma localidad observó un turismo tipo monovolumen que se encontraba en una calle de la localidad con un evidente exceso de peso, por lo que procedió a identificar a su conductor, el cual se encontraba a punto de abandonar la localidad.
Una vez inspeccionado el vehículo comprobaron que en el interior del maletero portaba numerosos sacos de caracoles, por lo que dio aviso al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Huesca, los cuales en el marco de la Operación LIMARCO, creada por el Seprona para el control y detección de la recogida y comercio ilegal de caracoles en esta provincia, realizaron las gestiones correspondientes para determinar la procedencia de los caracoles, dado que carecían de etiquetado, guía sanitaria, ni albarán de compra, no pudiendo acreditar el ocupante del vehículo su legal procedencia.
Por lo relatado se procedió a la incautación de 1300 kgs de caracoles, que podrían haber alcanzado un valor de 13000 euros, dado su precio de venta al público. Los caracoles iban a ser distribuidos en las provincias de Lérida y Tarragona, lo que al no estar sometidos a ningún tipo de control sanitario puede ocasionar graves consecuencias contra la salud pública del consumidor final.
Tras pasar aviso a los inspectores del Servicio de Salud Pública de la D.G.A. e inspeccionar los caracoles, en la mañana de hoy los mismos han sido declarados no aptos para el consumo humano y remitidos para destrucción a un centro autorizado.
Por los hechos expuestos se procedió a formular 9 denuncias administrativa ante el Servicio Provincial de Agricultura, Ganadería y Medioambiente, 3 a la Ley General de Sanidad, 2 al Real Decreto de etiquetado de alimentos, 2 al Real Decreto de transporte de mercancías perecederas y otras 2 por no expedir factura ni reclamar IVA.
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