El pasado domingo, 30 de abril, Francia conmemoró el Día nacional de la Deportación. Con tal motivo, la Asociación Terres de Mémoire et de Lutte de Oloron y la Amicale del Campo de Gurs invitaron a diversos cargos públicos españoles a participar en los actos programados en esa localidad francesa y en el campo de concentración, el cual acogió a más de 25.000 republicanos españoles, así como a brigadistas internacionales de diversas nacionalidades, entre febrero de 1939 y el final de la II Guerra Mundial.
En respuesta a esa invitación, acudieron diversos integrantes de instituciones en las que las candidaturas de confluencia municipalista de todo Aragón obtuvieron representación, tales como José Ángel Miramón, diputado provincial en la Diputación de Zaragoza, Anabel Gimeno, diputada provincial en la de Teruel, y Luis Arduña, diputado provincial de la Diputación de Huesca; asistieron también alcaldes y concejales representantes de esas candidaturas, como Sofía Ciércoles, alcaldesa de Andorra, Pilar Novales, Primera Teniente de Alcalde de Huesca o Urko del Campo,
concejal en Aínsa; a su vez, estuvieron presentes la eurodiputada del Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica, Paloma López, así como Patricia Luquin, diputada en las Cortes de Aragón e integrante del Grupo Mixto (Izquierda Unida de Aragón).
Junto a los cargos públicos, numerosos militantes y simpatizantes se desplazaron para participar activamente en el homenaje a los luchadores por la libertad, destacando especialmente, por su emotividad, el acto celebrado por la mañana junto al monumento a los republicanos españoles que hay en Oloron Sainte Marie, al lado del pasaje dedicado a Carmen Bazán, resistente española. En el acto de la tarde, la lluvia impidió que se pudieran realizar el homenaje tal y como estaba previsto. En el acto matutino, quienes intervinieron pusieron de manifiesto la obligación que tienen las Administraciones Públicas españolas de recordar lo sucedido hace ochenta años, “no solo como un merecido homenaje sino, sobre todo, como un ejercicio necesario de pedagogía, con el fin de enfrentar las amenazas que hoy, como entonces, hacen peligrar la democracia y los derechos humanos. En ese sentido, las políticas puestas en marcha por el Estado español son claramente insuficientes y es imprescindible exigir del Gobierno de España una implicaciónpolítica y económica y, también, moral y ética, que recupere la memoria y fije líneas de actuación claras y definidas para devolver el protagonismo a quienes defendieron la democracia frente al fascismo en la Guerra de España y en la Mundial, y poner en el lugar que se merecen sus nombres y los valores que los guiaron, valores que siguen siendo hoy plenamente vigentes y que es preciso continuar defendiendo frente al racismo, la xenofobia y la intolerancia que hoy campan por Europa y el mundo tratando de imponerse a la libertad, la igualdad y la fraternidad”.
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