He asistido a varios actos con presencia de miembros de la casa real. Solo me he sentido incomodo en uno. Eran unos premios, se entregaban en una iglesia. Todos los invitados estábamos en los bancos cual feligreses. Por un altavoz se nos dijo que, cuando llegaran los príncipes, deberíamos ponernos en pie. A lo lejos oíamos al populacho enfervorecido: “Felipe, Felipe…”
Llegaron los príncipes (ahora reyes) Nos pusimos en pie. Por el pasillo central, en silencio, pasó la comitiva. Los príncipes, detrás un cardenal (quizá fuera un obispo), varios militares, y las autoridades civiles. Oíamos los pasos sobre la piedra en silencio. Solo se oían los pasos. Instintivamente tiendes a bajar la mirada. En aquel silencio y, durante un breve rato, deje de sentirme un ciudadano para sentirme un súbdito. Y no me gusto la sensación. Con el mensajito vía whatsapp: “compi yogui” de los reyes a Javier Lopez Madrid esto mismo (se han visto con cara de Alfredo Landa) le ha ocurrido a muchos ciudadanos. Han despertado y se han sentido súbditos con la gorra en la mano. Parece ser que la corte sigue existiendo.
“Y tanto” –dice Felipe-. A él, como todos sabemos por los telediarios, España se lo ha puesto también difícil de la ostia.
Ya no son los aristócratas ni los terratenientes los que están junto a la familia real. La aristocracia sin tierras está cobrando exclusivas por enseñar los muebles o las tetas en las revistas del gremio, a los que les quedaron latifundios ya les va bien recolectando subvenciones agrícolas. Los aristócratas tradicionales ni están ni se les espera. Los palacios sirven solo para hacer documentales, en los palcos de los estadios todavía se pastorea empresarios que viven de ojear el boletín oficial (a ver dónde cae la siguiente subvención de las de verdad o la siguiente obra pública de las de los sobrecostes) pues estos señores de traje están quedado obsoletos, con la que está cayendo son “presuntos de serie” y no viste su compañía.
Ahora son las clases de yoga y cosas finas donde se corta ahora el bacalao, es el mismo lío de antes pero sin astracanada. Los mismos lobos con distintos canapés. Ahí, en los restaurantes sin menú del día, donde se habla de la meditación, la dieta sana y quizá, a los postres, toque hablar de los pobres y la ecología y, a las copas, de si “Pablo es más guapo que Pedro”, es donde arranca hoy el oficio de cortesano. Con amigos guays que no te llaman señora o majestad sino “compi yogui”. Lopez Madrid, marido de la hija de Villar Mir, ya era muy rico cuando se casó con la hija única de uno más rico que él, dice: “Este país es difícil” y Felipe contesta: “Y tanto”. Los dos creen que el país se lo ha puesto muy difícil. Y los ciudadanos conjugan el verbo flipar. Porque este señor fue consejero de Bankia, y es un hecho que Bankia concedió créditos a empresas relacionadas con él en condiciones ventajosas.
Al Grupo Villar Mir, empresa de la cual es Consejero Delegado, se le concedieron 344 millones de euros a pagar en 16 meses al 0% de interés. “Y tanto” –dice Felipe-. A él, como todos sabemos por los telediarios, España se lo ha puesto también difícil de la ostia. Y el pueblo (que cabrones) no empatizan con los problemas de esta gente. Lo súbditos tienen la mente nublada porque, si se retrasan unos meses en el pago de su préstamo hipotecario, Bankia (o quien le toque) usará una vieja ley que, increíblemente, sigue en vigor, y le meterá una carga de intereses y cargas por mora que le harán perder el piso. (Inciso: cualquier candidato decente que se presentara a pactar una investidura debería llevar la derogación de la ley hipotecaria en el primer punto de sus puntos negociadores. No necesitamos activistas con camisetas de colores brillantes que se encadenen en la calle necesitamos legisladores de leyes justas) Volviendo al tema. Los reyes sabían que Lopez Madrid era honrado “y lo demás merde”. Hay que entenderlos.
El chico se gastó 34000 euros de la tarjeta Black ¿Qué es eso para un tipo como él? No le dio importancia seguro.
El chico se gastó 34000 euros de la tarjeta Black ¿Qué es eso para un tipo como él? No le dio importancia seguro. Si ganas 600 euros al mes eso te parece una barbaridad, pero hay que ponerse en la piel de este hombre. ¿Saben cuánto valen las clases de yoga a las que va con la reina? La realeza está añorando este pueblo “antaño tan simpático”, que, en años pasados, daba gritos de “Felipe guapo”. Las madres y abuelas desatadas abrazaban al principito por las calles. Los descendientes de aquellos que desengancharon los caballos de su tataratatarabuelo Fernando VII y arrastraron ellos el carruaje al grito de “vivan las caenas” han dejado ser el pueblo del nodo. Quizá haya por fin otra España. A dos generaciones del hambre pero con formación y con anhelos de ser (por fin) ciudadanos y no súbditos.
Esa gente no es de un partido concreto, no mandan en ningún partido pero están en todos esperando que los escuchen, están en Podemos, en Izquierda Unida, en el PSOE, en el PP, en Ciudadanos… y en su casa. Esa gente desea un país donde la posición se gane por los méritos de cada uno, libre de reservados, libre de señoritos y de caciques. Quizá solo sea la república, la instauración de la república como estado mental, antes, un poco antes, que llegue la propia república política.
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