El primer fin de semana de Pirineos Sur ha resultado un indiscutible éxito de público y su cierre ha estado a la altura. Mateo Kingman ha logrado un casi lleno en el escenario Mercados del Mundo con una actuación potente e impecable que ha servido como un perfecto espejo de las nuevas inquietudes de los músicos latinos.
El ciclo Amanecer Latino tuvo ayer una gran continuación, con un Kingman buen conocedor de la música tradicional de su tierra, pero que no tiene miedo en reconvertirla en una bomba rítmica. Apostando todo a la sección rítmica (batería, bajo y caja de ritmos) y sin dar tregua arrancó con fuerza con «Agua Santa», «Se va» y «Fuerza de pantera», con las que ya atrapó sin remedio a los asistentes.
Ganada su atención transitó caminos más clásicos y de tiempos más pausados, pero con idéntico buen resultado: «Dame tu consuelo», «Sendero del monte» y «Lluvia», con los que redondea el estupendo primer disco que hagrabado, «Respira».
Entre canción y canción, Kingman se mostró como un músico cercano, místico, incluso un tanto tímido, pero cuando apretó el acelerador, como ocurrió con «Mi pana», se transmutaba en una fiera de la jungla que corría, rapeaba, arengaba, bailaba y cantaba. Tanto gustó, que aún sin más repertorio, el músico se vio obligado salir a cantar. Repitió con «Fuerza de pantera». Acertó.
Esta noche, Orkesta Mendoza
Sergio Mendoza (teclista de Calexico) y Salvador Duran han creado Orkesta Mendoza, un proyecto en el que se mezclan las atmósferas mexicanas del desierto de Arizona con cumbias y rancheras, así como con la psicodelia y el surf rock. Su música se sumerge en múltiples direcciones, ritmos y estados de ánimo: orquestaciones de big band mezcladas con electrónica lo-fi, letras en español y canciones instrumentales.
RESUMEN DE LA JORNADA DE LA TARDE DEL DOMINGO 16 DE JULIO
El Circo europeo se instala en el Pirineo
Cuerdas imposibles, equilibrios que desafían la gravedad y el reto de lograr un espacio propio (y merecido) en las programaciones culturales. De Mar a Mar, el proyecto europeo que busca fomentar el circo, llenó ayer por la tarde el patio de las Escuelas de Sallent de Gállego con un espectáculo de cabaret que reúne siete propuestas individuales llegadas desde País Vasco, Cataluña,
Aragón y Francia. El público aplaudió y reconoció de forma sincera el esfuerzo de un arte, el circo, que ha llegado para quedarse. Además, la tarde ofreció también la continuación del Ciclo de cine
lationamericano con la proyección de las películas «La canoa de Ulises» y «Aquarius», que muestran una visión poco convencional de la industria musical.
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