Para la poeta Olvido García Valdés, su material de trabajo es la lengua “pero a mí lo que verdadera me importa es la vida”. Esa palabra, el concepto ‘vida’, aparece habitualmente en la conversación con García Valdés y hoy su voz y sus serenas reflexiones han cerrado el seminario La piel del discurso médico en la DPH, después de tres jornadas a lo largo de las que se han puesto sobre la mesa todas las conexiones que existen entre campos a priori tan alejados como son la medicina, el psicoanálisis y el arte. Este encuentro pone fin al programa estival de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo que todavía desarrollará otros seis cursos más hasta finales de año.
Poeta, traductora y ensayista, Olvido García Valdés (Asturias, 1950) es licenciada en Filología Románica y Filosofía y ha trabajado durante buena parte de su vida como profesora de Secundaria. Comenzó a escribir a los 12 años pero, según ella misma cuenta, el momento de publicar le llegó tarde. Su trayectoria poética comenzó en el año 86 con El tercer jardín y prosiguió con Exposición (1990), que ya obtuvo el Premio Ícaro de Literatura. Reconocida en el mundo de las letras del país, recogió el Premio Nacional de Poesía a los 56 años con la obra Y todos estábamos vivos.
Su actividad literaria se desarrolla fundamentalmente en el campo de la poesía y sus poemas han sido recogidos en varias antologías. Según García Valdés, “como seres humanos una de las mayores capacidades que tenemos es la atención”, a la vez que se lamenta porque “la estamos perdiendo en este cambio acelerado” y eso, apunta, que se nota mucho en los jóvenes por la fragmentación que necesitan hacer de todas las cosas, el zapping y los mensajes uno detrás de otro. No solo como quien escribe sino como lectora, “el poema siempre nos pide que nos paremos”.
De sus años de docencia, relata que se tiene la sensación de que esos chicos no se interesan nada por la poesía “pero te das cuenta de que no es así, porque les habla de los problemas que ellos están teniendo”, revela. La poeta asturiana considera que a día de hoy hay una parte cada vez mayor de la sociedad que necesita otro tipo de lenguajes a los que se escuchan y se bombardea a diario y que García Valdés califica de “falsos”, porque en ellos “no hay apuesta vital, nadie se juega la vida ahí”, señala.
La conferencia de hoy en el salón de actos de la Diputación, Deseo de Marsias, ha sido de alto bagaje intelectual, llena de personajes y de fondo la poesía, pero también la música, la política y la propia finitud del ser humano. En cuanto a esa relación que tiene el poema con la vida, Olvido García Valdés habla de un comportamiento generalizado de “no tener la sensación de que nos morimos, solo la tenemos cuando estamos enfermos o nos pasa algo, nos comportamos como si fuéramos eternos”. Sin embargo, precisa que la poesía tiene muy presente que eso está ahí “y eso da una sensación contigo misma, con los demás y con el mundo distinta”.
Arte y poesía son lo mismo
Todo esto lo vive en García Valdés a través de las palabras, pero destaca la relevancia del seminario que se ha celebrado en Huesca y que asocia a la “capacidad de escuchar que es tan necesaria”. Tal como hoy describía, la posibilidad de pensar el mismo problema desde diferentes ámbitos hace que las cosas se vean de otro modo y aparezcan otros puntos de vista, refiriéndose al discurso médico, pero también al del psicoanálisis o la psiquiatría y el trabajo artístico que han estado presentes en este foro. “Es un ejercicio importante y no es tan frecuente que nos sentemos para hablar de las mismas cosas personas de ámbitos tan diferentes”, ha reconocido. En este punto también habla de que se ha disociado arte y poesía pero en realidad son lo mismo, “es producto de la sociedad en la que vivimos y se ha hecho esta separación en términos económicos, porque se supone que el arte mueve dinero y la poesía no”.
“Nuestra manera de enfocar las cosas es siempre de la inmediatez de la respuesta que necesito para que me vaya bien”. De esta forma reflexiona acerca de que no importa tanto la respuesta sino pensar las preguntas juntos. Muchas de esas cuestiones forman parte del proyecto La piel del discurso médico, del que forma parte la obra de García Valdés, en concreto algunos de los poemas de su recopilación Esa polilla que delante de mi revolotea. Están muy vinculados no solo al seminario sino también a la muestra Caerán las almas de las pieles, siendo sus versos que tienen la piel por objeto central uno de los hilos conductores de la exposición que se puede visitar hasta el 22 de octubre.
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