Esta nueva ley, que regula la protección de los animales a nivel nacional y pretende unificar las 17 leyes autonómicas actuales, se sostiene, a ojos de PACMA, en «convenientes exclusiones» de los colectivos que se sustentan del uso de animales, como la tauromaquia, la ganadería, la experimentación, la caza y animales destinados a la explotación turística o festejos, como caballos, mulas, burros o animales destinados a actividades especificas y deportivas.
«Los colectivos que mayor cantidad de animales explotan para el desarrollo de sus actividades, como los cazadores o la industria alimentaria, han ganado inmunidad con esta Ley«, afirma el presidente de la formación política animalista, Javier Luna. «Mientras que, hasta la fecha, estos animales estaban amparados por algunas leyes autonómicas, ahora quedan explícitamente fuera».
Sin consideraciones hacia la Ley Cero: el proyecto más ambicioso hasta la fecha
Luna expone que la Ley Cero, elaborada y presentada en 2017 por el Partido Animalista ante las Cortes Generales, podría haber servido de referencia para la creación de la ley actual, debido a que era «el resultado de más de 15 años analizando la situación y realidad de los animales en España». Sin embargo, tras varias reuniones entre PACMA y la Dirección General de Derechos de los Animales, las premisas recogidas en el proyecto que pretendía cero tauromaquia, cero sacrificios y cero circos no fueron tenidas en cuenta.
PACMA alega que, a pesar de la entrada en vigor de la Ley, se hace «evidente» que no está desarrollada en gran parte y que aún tiene «muchas preguntas pendientes de resolver» y «muchos espacios en blanco». La formación política afirma que la carencia de protocolos específicos para aplicar ciertos puntos de la ley no tiene aún una fecha de finalización.
Aprobación apresurada
Luna afirma que esta ley se aprobó «a la desesperada» y con visión de un proceso electoral inminente como eran las elecciones autonómicas y municipales. «Hubo una campaña de desinformación brutal, y lo que debía ser un proyecto ejemplificante y ambicioso, se quedó un instrumento político que carece de la profundidad y la reflexión necesarias para abordar de manera adecuada la protección animal«.
Añade que la ley aprobada «adolece de definiciones ambiguas«, lo que ha generado una cascada de dudas tanto entre la ciudadanía como entre las administraciones encargadas de aplicarla. «La falta de claridad en sus disposiciones compromete seriamente su efectividad y, en última instancia, la protección de los animales», explica.
PACMA reitera su compromiso con la defensa de los derechos de los animales y se pone a disposición de las autoridades para contribuir a la mejora de esta ley. «Estamos aquí para trabajar en favor de un marco legal sólido y útil que garantice el respeto y la protección de todos los animales», concluye el presidente.
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